La verdadera sexualidad y sensualidad, el erotismo real, el amor y la pasión auténtica que viven y experimentan las personas de carne y hueso, han ido quedando opacadas, hasta podemos decir ocultas por las nuevas tendencias impuestas de lo que debería ser placentero y excitante.
Diferentes escritores, escultores, fotógrafos y poetas que tienen sus raíces más en el pasado que en el presente, con sus diversas obras, poco a poco han dado su opinión sobre lo que era el arte erótico divino, y lo que ahora es la vulgar pornografía promovida desde los grandes medios de comunicación.
Una de estas defensoras ha sido Lucía Angélica Folino, que con sus distintas piezas literarias, como la que analizaremos a continuación “Veinte sonetos pornográficos y una pasión”, intenta traer al presente, defender y sobre todo separar el erotismo real del de ficción.
El erotismo según Folino
Las creaciones de Lucía Folino no se pueden describir de una sola forma, ya que, si bien se enmarcan en la literatura erótica, muestra verdades sociales, ambientales, filosóficas, místicas y hasta trágicas.
Y es que, para ella, lo erótico no puede ser separado del resto de situaciones y sentimientos, porque muchas veces es consecuencia y se impregna de lo que sucede a su alrededor. Y para describirlo en toda su plenitud, la escritora suele servirse no solo de versos, sino también de imágenes, prosas y sonetos.
Muchas personas al día de hoy resaltan su labor porque es arte verdadero, el que puede sentir una persona de clase social baja, pero que también puede pertenecer a la gente de esferas sociales altas.
En busca de la verdad “erótica”
Desde que Hollywood y sus producciones inundaron el mercado cinematográfico mundial, la manera de percibir el arte cambió. Y si a esto le agregamos una industria paralela de filmes que se han dedicado a deformar el arte erótico en pornografía, obscenidad y vulgaridad para enriquecerse y mantener cautiva a una gran masa de personas, entonces podemos decir que la literatura erótica tal como se conocía hasta hace unas décadas ha desaparecido.
Cada vez más se nos enseña que los miembros masculinos deben ser enormes, al igual que los atributos físicos de una mujer, y que la relación sexual para llegar a ser plena y satisfactoria debe estar acompañada de largas horas de penetración y piruetas acrobáticas, al mejor estilo de los circos más importantes del mundo.
En consecuencia, y sabiendo lo errado de toda esta concepción, Lucía Folino se atreve a traer de vuelta una perspectiva erótica de mucha más altura, que combine lo bello de la poesía, las bellas palabras, la rima que a pesar del pasar de los días queda en la memoria del que la lee, con la realidad social, cultural, económica y filosófica de la actualidad.
El hombre sobre la mujer
Otra de las falsedades que nos han hecho creer como cierta, es la idea de que el hombre es sinónimo de libido, perversión, goce, dominación, el que controla y dirige a su antojo toda la relación sexual. Mientras que la mujer es igual a represión, pasividad, el objeto de deseo masculino, como si se tratara de un nuevo producto comercial que todos quieren poseer.
Este es otro mito que el libro “Veinte sonetos pornográficos y una pasión” intenta desmontar. Esa visión impuesta por la sociedad burguesa para crear riqueza y mantener a un público consumidor del mismo contenido debe terminar de acuerdo a Folino.
Para ella, el lector tiene la capacidad suficiente para limitar lo que considera erótico, de lo pornográfico, y escoger entre ambas versiones la que mejor se adapte a su propia individualidad y circunstancia.
Y en cuanto a la mujer, lectora también de su material, se le tiene que reconocer su intelectualidad, su capacidad para sentir, desear y controlar tanto como si de un hombre se tratase. Atrás debe quedar de una vez por todas, ese pensamiento machista hecho sociedad de que la mujer es esclava y dominada.
Un mensaje para los jóvenes
Si bien los sonetos de este libro tienen una carga sexual y erótica que no deberían llegar a los más pequeños de casa, puesto que no están preparados psicológicamente para ello, sí que están hechos para quienes alcanzan la mayoría de edad.
De hecho, son la dosis perfecta para combatir las redes sociales que facilitan el acceso a contenido pornográfico desproporcionado y que busca destruir el cerebro de los jóvenes que apenas exploran su sexualidad.
El desafío de la escritora es titánico, desmontar a base de sonetos y poesía, un mercado de pornografía que ha sumido a la sociedad mundial en casos de pedofilia, perversiones y atrocidades sexuales, hacia muchas personas, pero sobre todo, hacia niños y mujeres desprotegidas.
Biografía de Lucía Angélica Folino
Lucía Angélica Folino es una abogada y poeta nacida en 1956 en Avellaneda, Buenos Aires, Argentina. Su trabajo no solo se limita al mundo del derecho y la poesía, ya que es también docente, conferencista, capacitadora y coach certificada ante el ICF.
Su amplio conocimiento sobre política regional y mundial, el derecho y los deberes de las personas y el uso de los medios privados y públicos, han impregnado su trabajo como poeta, a tal punto que su obra literaria erótica es a veces una representación fiel de la realidad que vivimos.
Debido a sus raíces italianas, Lucía también cuenta con la nacionalidad de esa nación y domina perfectamente ese idioma. Considera la poesía como un medio para comunicarse, más que un medio para vivir.
Entre sus obras literarias se pueden mencionar: Prueba de sonido, Cetrerías o cordero de Dios, Enfundá la mandolina, Premio consuelo, Cruzamientos y aspavientos, Recomendaciones para un domingo sin sol, Retablo de duelos, Acuario plateado por la luna y De dragones y miseria.
