Novela - Drama

Resumen De Los Perros Hambrientos De Ciro Alegria

“Las tropas grises de perros hambrientos iban de aquí para allá. Cual retazos de tierra en movimiento”, léanlo en el presente resumen de la novela literaria: “Los Perros Hambrientos” del escritor peruano Ciro Alegría.

RESUMEN POR CAPÍTULOS DE LA NOVELA LOS PERROS HAMBRIENTOS

I. PERROS TRAS EL GANADO.

En lo prominente de la Cordillera está la Antuca pastora, chinita de 12 años a su lado su perro Zambo, guían un rebaño de ovejas, algunas veces estaban con el Pancho un cholito pastor, con el cual compartían amenos instantes de alegría, eran 4 los perros que ayudaban a la Antuca: Zambo, Wanka, Güeso y Pellejo. Zambo caminaba con la Antuca, Wanka iba por enfrente orientando la marcha, y Güeso y Pellejo corrían por los flancos de la manada cuidando de que ninguna oveja se descarriara. Sabían su trabajo. Su padre era el cholo Simón Robles.

II. HISTORIA DE PERROS.

El Simón Robles, trajo dos perritos, a la hembra le pusieron de nombre Wanka, y al más oscuro que era perrito le pusieron Zambo, eran chicos y ciegos aun, por esto lo alimentaron con la leche de una oveja, de esta forma nacieron determinados con el rebaño, con la zona y con la gente que lo rodeaban, nacieron y Wanca parió media docena de vástagos, los cuales fueron vendidos o cambiados por ovejas, de esta forma “Güendiente” salió con el repuntero Manuel Ríos, Máuser salió con el hacendado Gilberto Moran, y de esta forma estaban: chutÍn, shapra y tinto sin lugar a dudas perros increíble para el ganado. Llego el tiempo en que el ganado del Simón Robles creció y separaron dos perros más al que pusieron de nombre “Güeso” y al otro “Pellejo”, dentro de ellos había uno con el nombre de “Mañu” que le fue dado al Mateo Tampu. La pastora era la Antuca.

III. PERIPECIA DE MAÑU.

“Mañu” fue concedido al indio prieto Mateo Tampu, y llevado a eso que fuera su lugar de vida, en conjunto con la mujer de Mateo de nombre Martina y su hijo Damián. Un día la Martina se pone a llorar, mira los recuerdos de su marido que por el momento no está, pone un poncho multicolor tejido por ella a su hijo, llora, la yerba ya gana a las plantas que el Mateo sembró, el Mañu se encontraba triste, otro día hijo y madre se ponen a llorar, es que al Mateo se lo llevaron los Gendarmes para el servicio militar no se conoce si va a volver o no, otros han vuelto pero algunos no. Con tal sepa la familia está desprotegida, pero “en casa donde no hay hombre el perro guarda”, ello aparentaba que el Mañu lo había comprendido y ladraba a todo el que que se le acercaba, exponiendo los colmillos, siempre poseía la mirada y los oídos notificaciones.

IV. EL PUMA DE LA SOMBRA.

Mastican la coca de noche principalmente el Simón, observan al ganado, los perros ladran, suponen que hay zorro o pumas merodeando por el sitio, el Simón que es hablador cuando mastica la coca se pone a contar: Pasa que nuestro padre Adán poseía todo tipo de facilidades, poseía frutas comida, no le hacía falta nada, los animales Vivian apaciblemente sin atacarse el uno contra el otro pero la condición del católico es descontentarse con lo que tiene y súbitamente va donde nuestro Señor, y le pide que no haya noche únicamente día, ya que dice que en la noche nuestro padre se asusta y teme ser atacado por los animales, súbitamente se aproxima un puma el más importante que había, bramando con voz muy fea, entonces ya llegaba y ya lo pescaba a nuestro Señor, cuando se va deshaciendo esfumándose, “era ya que un puma de sombra”, no poseas miedo le ha dicho el Señor a nuestro padre Adán, ya que el miedo hace ver cosas y sombras en la oscuridad, es de esta forma como se ven, diablos, duendes pumas y zorros y todo tipo de fealdades a lo largo de la noche. Los perros retornaron fatigados, el Simón Robles termino, quizás además hoy fue un “puma de sombra” mencionado lo anterior todos se fueron a reposar.

V. GÜESO CAMBIA DE DUEÑO.

Ese día mientras la Antuca pastaba su ganado, a la distancia mira arrimarse a dos jinetes, continuando al galope, uno de ellos desenrolló una soga y se lo tiró diestramente al pobre güeso que era el primero que hallaron, el perro quedo sin movimiento con el rabo entre las piernas, mientras la Antuca viene presurosamente para suplicar suelten a su perro, ¡suéltelo por diosito suéltelo!, imploraba la Antuca. Eran los hermanos Julián y Blas Celedón, conocidos bandoleros de la zona, le preguntan al nombre del perro a la Antuca, y ella responde que se denomina güeso, rápidamente jalan a güeso que está cautivo y le dan de latigazos para que se mueva, de esta forma avanzan hasta perderse tras la loma, la Antuca llora desconsoladamente.

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VI. PERRO DE BANDOLERO.

Güeso, es castigado cruelmente al negarse a caminar adjuntado con los Celedonios, en la oscura noche llegan a una choza donde los recibe un hombre con poncho negro, les proporciona comida, el Julián divide un poco y le proporciona a Güeso, más adelante es amarrado poderosamente, y los hombres echan a reposar, durante la noche Güeso muerde la cuerda y consigue romper dos hebras y cuando se encontraba en la tercera y más reciente, los hombres descubren y lo castigan y amarran con una soga de cerda que es complicado de morder. De esta forma pasó sus días el triste Güeso, caminó y caminó con los bandoleros, de repente siente un cansancio y calor profundo habían llegado a Cañar, un valle profundo lleno de monte tupido, a su lado corría el rio Marañón. De a poco el Julián le prodiga amor a Güeso palmeándolo el lomo, Güeso comprende y desplaza la cola, y lame la mano del hombre que fuera su enemigo, el Julián se alegra y lo libera. Desde ahí güeso por el momento no era más un perro arreador de ovejas sino hubo que entenderse con las vacas y de a poco tuvo que acostumbrarse a aquella vida con los Celedonios. Y de esta forma entre buenas y malas, suscitadas por los combates que poseían los bandoleros con la gendarmería de la ciudad, siempre perseguidos, paso sus días principalmente a lado del Julián, Güeso el perro leal que había cambiado de dueño.

VII. EL CONSEJO DEL REY SALOMON.

Mascando su coca cuenta el Simón: que en tiempos pasados había un católico que se había casado con una viuda, cuando había alguna controversia la viuda siempre se recordaba de su marido difunto. Pasa la situación que el pobre por el momento no podía vivir relajado entonces acude a pedirle consejo al Rey Salomón. “Anda donde está el sendero y te sientas a aguardar donde el sendero se parte en dos. Vendrá un católico en su burro oye lo que dices eso haces”. Llegado el instante se muestra un jinete montado en su burro y en el sitio donde el sendero se partía en dos, el burro se iba por el lado opuesto en tanto que el católico pretendía irse por el otro sendero que le convenía, entonces se baja y dale el burro que quiere otra vez por el sendero. Entonces el católico se bajó y cortó un palo, juá le sonó por las orejas y por el momento le aplico dos más, jiu, jua, y el burro salió andando por donde el pretendía. “Al burro y a la mujer palo con ellos”. Entonces oyendo esto el católico cogió su palo y salió a su casa, la mujer empezó con su cantaleta de siempre “me voy” mi difunto marido no era así”, entonces cogiendo el palo le sonó: jiu, jua, jiu, jua, y la mujer por el momento no se quiso ir más. Bien aseguran que el rey Salomón era bien sabio. Rieron todos a carcajadas.

VIII. LA CHACRA DE MAIZ.

Un día Wanka y Shapra, deambulan fuera del redil y miran pasar Manolia y Rayo, estan destinados a la chacra de maíz de la casa-hacienda de Paucar, donde hay un complemento grande de maíz fresco, regada por el agua de la quebrada, tumban un tallo y se comen el maíz tierno, todos los perros hacen lo mismo, al día siguiente de nuevo estan destinados al mismo sitio pero algo está mal, la nariz de wanka se inquieta al sentir la existencia de un olor que no había previamente y no entra más al opuesto Rayo entra y una trampa puesta por don Rómulo Méndez empleado de la hacienda lo aniquila, más adelante como ya la trampa fué activada todos entran, pero lo empleados matan a tiros a Shapra y Manolia.

IX. LAS PAPAYAS.

El subprefecto de la provincia, don Fernán Frías y Cortés, está de mal humor, su puesto corría el compromiso de perderlo dado a los mandamases de Lima, piensa: ¿Qué llevar a cabo?, ¿Qué llevar a cabo?, para agradar a los de Lima, entonces mira pasar al Alférez Chumpi el apodado Culebrón, al cual le solicita explícitamente que vaya a Cañar y capture vivos o muertos a los Caledonios que en múltiples oportunidades se han burlado de la Ley, han tomado amistosamente numerosas copas de vino y se pusieron a reír a carcajadas. A la mañana del tercer día el Alférez Chumpi, sale briosamente con una cabalgata conformada por gendarmes, los hacendados de la zona habían colaborado eficazmente, la noche previo el Culebrón se encontraba en la botica comprando no sé qué, solo él lo sabe ya en las alturas se siente la soledad y el frio profundo, había orden de disparar, Chumpi marcha a la cabeza valerosamente, reúnen todas las vacas que sea viable y lo arrean por donde están los Celedonios en calidad de cebo, los Celedonios y el Crisanto que están en la choza se deciden a arrear a las vacas extraviadas al día siguiente y duermen. De repente el ladrido de los perros los despierta cogen sus armas y entrecruzan tiros con los gendarmes, se van por la quebrada pero es realmente difícil otra ráfaga de balas llueve, luego por el monte tampoco se podía por había gendarmes cuidando, por el lado del rio tampoco, únicamente les queda la cueva, y ahí estan destinados entre trueque de balas con los gendarmes el Crisanto cae muerto, mientras los Celedonios se parapetan en la cueva, desde ahí intercambian tiros, pasan los días ni los Celedonios ni los Gendarmes al mando de Culebrón se rinden, arrecia la sed y el hambre, los gendarmes barren con todo tipo de comida excepto con las papayas que por orden del Alférez no se podía tocar, y queman la choza, más adelante se van, el Culebrón observando las papayas les introduce el veneno comprado en la botica de la provincia, y después se van. Al ver esto los Celedonios bajan en búsqueda de comestibles, y agua únicamente encuentran el líquido elemento pero no comida barrieron con todo los gendarmes, únicamente están las papayas, lo comen y mueren envenenados, los gendarmes al mando de Chumpi, “el Culebrón” se aproximan y los matan a tiros lo mismo pasa con el leal Gueso que es muerto además por balazos que le destrozan el cráneo, este es el objetivo del popular Gueso “perro de bandolero”.

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X. LA NUEVA SIEMBRA.

Al ver la existencia de novedosas lluvias don Cipriano Ramírez, ordena a todos que se pongan a cultivar que no debería de quedar ninguna chacra sin cultivar el último año fué malo pero esta no ha dicho. El hacendado y su mayordomo llevaban el mensaje de la siembra y animaron con su conversación a los otros.

XI. UN PEQUEÑO LUGAR EN EL MUNDO.

La sequía se incrementa, en un primer instante llovió a cantaros, pero después cesó, el viejo indio Mashe y cincuenta más piden a don Cipriano, que les diera un espacio para que logren vivir y cultivar, a la cual ingresa les proporciona comida y semilla. Días después el Simón le proporciona posada, y hospitalidad a la familia del viejo Mashe, poco luego de escuchar historietas todos durmieron.

XII. VIRGEN SANTISIMA, SOCORRENOS.

Sintiendo y viviendo la sequía, todos los indios se reúnen y rezan a los santos para que vuelva las lluvias y la tierra retorne a su verdor, entonces sucedió la procesión, la Virgen, blanca y chaposa, vestida de raso orlado de lentejuelas sale en una chiquita anda que los concurrentes se disputan en cargar. Todos rogaban en un solo clamor: “Virgen Santísima socórrenos”.

XIII. VOCES Y GESTOS DE SEQUIA.

Luego de la procesión, la lluvia no ceso en varios días, toda le gente se puso contento y de nuevo se pusieron a cultivar, pero el mal, el hambre y la desaparición son azotes supremos, de nuevo se anunció la sequía, el Simón almacena la semilla, el sol bruñido, el viento levantando remolinos, y las noches parecían interminables, hombres y animales en la mitad de la tristeza gris de los campos.

XIV. “VELAY EL HAMBRE, ANIMALITOS”.

El Simón manda a su hijo donde la Martina, pero ella no quiere volver está aguardando al Mateo. Las vacas mugían, las cabras, las ovejas, todas de hambre, la hambruna mordía los vientres con voraces e implacables mandíbulas. Wanka y los suyos seguían sirviendo a sus dueños, puede decirse que ellos compartían su pobreza, la Antuca seguía manejando el ganado adjuntado con los perros, apenados y secuestrados por el hambre, resumiendo todas sus penurias: “Velay el hambre, animalitos”.

XV. UNA EXPULSIÓN Y OTRAS PENALIDADES.

Wanca, Zambo y Pellejo habían matado una oveja y se lo estaban comiendo, la Antuca mira asombrada a los perros como gozan de su festín, desalentada y triste, llorando guía de regreso a su manada llega a casa y los almacena en el redil, hasta entonces los perros ya saciados emprenden el regreso pero son rechazados por la familia del Simón Robles a pedradas y latigazos, ¡son expulsados!

XVI. ESPERANDO, SIEMPRE ESPERANDO.

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Aguardando siempre aguardando la Martina el regreso del Mateo, como no volvía y la comida escaseaba, únicamente había una oveja en el redil y una lapa de trigo en el terrado, y una mañana ha dicho la Martina al Damián, “voy donde los padres del Mateo a soliciar comida”, come el trigo y si se te termina matas la oveja y vas donde doña Candelaria, y si no te vas donde mi taita, don Simón, y salió. El Damián y el Mañu vieron como desparecía la Martina, pequeño y perro se acompañaban en este planeta hostil, sin madre terminantemente él era tan frágil y que duro el planeta, el trigo mermaba y ni la Martina ni el Mateo aparecían por ninguna parte, Al día siguiente se acabó el trigo y únicamente agua poseían, decidió llamar a doña Candelaria pero nadie respondía probablemente hay con mucha hambre, entonces recordó las expresiones de su madre: “si se les termina la comida vas donde mi taita”, emprendió sendero entonces junto al Mañu, pero por el momento no poseía fuerzas su cuerpo se encontraba débil, reposó debajo de un árbol que no poseía ramas, y murió. A poca distancia se presenciaba un Cóndor había venido percibiendo el olor del cadáver el Mañu lo defendió, pero poco ha podido llevar a cabo únicamente lo espantaba, poco luego bajo otro Cóndor, ¡un tiro sonó! Y el primer enemigo cayó, era don Rómulo Méndez que pasaba por ahí, enseguida llevó el cadáver al Mateo seguido por Mañu, le contó lo que pasó que si no era por el perro los cóndores lo hubieran despedazado, no se realizó velorio e rápidamente lo enterraron en el cementerio de la ciudad.

XVII. EL MASHE, LA JACINTA, MAÑU….

El indio Mashe, débil, pobre ya sin comida cubierto de las tres mujeres entre ellas la Jacinta un día murió y las tres se pusieron a llorar. A la Jacinta se lo llevó el Timoteo para su casa del taita Simón hasta entonces el Mañu se unió al grupo de los perros desterrados que aullaban noche tras noche.

XVIII. LOS PERROS HAMBRIENTOS.

La Antuca se descubrió con el Mañu, se encontraba estirado sobre las piedras y moría solo. Entretanto la jauría de perros hambrientos, invadían la vivienda hacienda, en las mañanas estaban en las lomas, curioseando, Zambo, siguió a una pareja, en el campo que estaban comiendo papas y trigo, y únicamente pretendía siquiera las cáscaras pero nada dejaban, se lo comían con todo. Recordó a la Chabela que otrora le había dado cariño, pero tampoco, lo botó y con un tizón le punzó las costillas. Las pocas fuentes de agua se habían secado el rio que fué caudaloso solamente llevaba hilos de agua, los eucaliptos y plantas, todos resecos, únicamente se cuidaba de las vacas, caballos y burros de los bueyes que servían para llevar a cabo surcos. Los perros hambrientos gruñendo y exponiendo los colmillos irrumpieron en la vivienda hacienda ocasionando alboroto, al día siguiente don Cipriano repartía chicos trozos de carne con veneno, murió Zambo envenenado, entretanto pellejo, come sus entrañas del perro ya muerto y además se retuerce de mal y deja de existir, todo el campo se llenó de un olor nauseabundo.

Indios y cholos rodearon una tarde el casón de la hacienda entonces la voz del Simón Robles sonó ronca y firme: “le reclamó al hacendado patrón, como es que sus vacas y animales comen cebada, en cambio ellos están pasando hambre, están como perros hambrientos también le dice, que con su esfuerzo y sacrificio se han abierto todos esos surcos y que se conduela con su mal de los más pobres y que les proporcione comida siquiera un poco”. Como era de sospechar el patrón los boto, no pretendía entender más del asunto, los indios y cholos irrumpen a la fuerza en la vivienda hacienda, suenan balazos y numerosos mueren en esa tarde trágica, recogieron los cadáveres y fueron enterrados esa misma tarde. La sequía seguía inexorable.

XIX. LA LLUVIA GÜENA.

Y todo tiene su final, llegó noviembre y las nubes se cargaron de un color negro, no se los llevó el viento, y cayeron las primeras gotas de lluvia, de los campos salieron el olor fragante, había relámpagos, la tierra de nuevo produciría, el Simón sacó las primeras semillas en una alegría inigualable, y ahí de un instante a otro viéndolo: “estaba Wanka, parada ahí delgada y huesuda, se le acerco el Simón y le palmeo el hombro, lloro, y le dio cariño, el pobre animal había vuelto luego de la despiadado división, había vuelto como el agua buena.”

Para terminar darle las gracias por la atención prestada, gracias y hasta un próximo resumen.

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