Hoy les haremos un resumen y análisis del libro Tristana del gran autor, Benito Pérez Galdós. Si quieres, puedes ver el mismo análisis en vídeo o incluso, si te apetece, podrás comprar el libro, así se te hará más dinámico, pero si eres como nosotros, de los que amamos un buen rato de lectura, quédate con nosotros y ¡Empecemos!
Análisis de la Historia
Empezaremos contando que Tristana es “seducida” por un hombre más grande que ella, con el que está sentenciada a vivir. Al poco tiempo conoce a Horacio Díaz, un pintor del que se conquista.
La novela, la cual fue redactada en 1892, está dividida en tres partes bien diferenciadas:
- la exhibición de los individuos
- el avance de sus vidas
- el cambio que se produce.
En la exhibición de los individuos, que Galdós empieza imitando el inicio de El Quijote para exhibir a Don Lope Garrido, un Don Juan (ese es su nombre) en ocaso sobre el que el creador opina y al que examina resaltando tanto lo bueno ( es con la capacidad de arruinarse para contribuir a un amigo, como le pasa con los padres de su protegida) como lo malo (en cuestiones de seducción solamente respeta a las mujeres casadas con sus amigos), un hombre cuya etapa ya pasó, desfasado, incapaz de aceptar su caducidad como seductor.
De esta manera muestra a Tristana de Reluz, una muchacha joven e inocente engañada por el maduro galán, víctima en numerosos sentidos y el personaje más noble y bueno de todos, ansiosa de independencia, y al joven del que ella se conquista (en situación se ve más enamorada del amor), Horacio Díaz, un pintor que se ve tan soñador como ella, con un pasado de todas formas poco favorecido, pero con un fondo acomodaticio.
Galdós desgrana las personalidades y vicisitudes de estos tres individuos y de la criada, Saturna (aunque esta en menor medida) con una prosa rica, a lo mejor algo pasada popular, exactamente en lo que reside su atractivo, llena de imágenes vívidas y muy descriptivas que hubieran sido agobiantes de ser toda la novela de esta forma.
La segunda parte, (mi favorita) empieza cuando los enamorados han de separarse y establen contacto por medio de cartas, más que nada de Tristana a Horacio.
Es a lo largo de este trueque de mensajes cuando realmente se conoce y se quiere a Tristana, una mujer ingenua, soñadora, capaz y con ansias de entender, con talentos artísticas (toca el piano, redacta unas cartas conmovedoras en que se expone como és es), una mujer que aunque construida a finales del siglo XIX tiene la posibilidad de ser de hoy (se niega a casarse, quiere tener una profesión, elige que sus hijos lleven sus apellidos porque “siempre se conoce quién es la madre”), desbordante de creatividad y fantasía (al estar separados empieza a “inventar” a un Horacio ideal muy distanciado del real) que cuando enferma se expone efectiva, alegre, animando a todos, incapaz de compadecerse de sí misma.
Y en oposición Horacio, quien, para hacerle justicia, empieza a distanciarse antes de comprender la patología de Tristana, de hecho para cuando se va al campo él ya sabe (o cree) que no merece una mujer como ella, que elige la tranquilidad y la rutina. Sus cartas ya detallan la ligera acomodación a la vida del campo, las excusas para no desplazarse, el gusto por la vida regalada.
En la tercera parte se cuenta lo que pasa tras la patología de la joven, las secuelas, los intentos de Tristana de recobrar su historia reinventándose constantemente con cada golpe, renaciendo de sus cenizas cuando es requisito, y al tiempo, a lo mejor influidos por sus sentimientos hacia la joven, cambian los otros individuos, hasta llegar a un final que no por verdadera ya no es desepcionante.
Para ser una novela redactada en 1892 tiene algunas cosas increíblemente modernas que me han entusiasmado bastante. Una historia de individuos, como a mí me agradan.
El libro tiene un prólogo de Ricardo Gullón, que examina la novela, por lo cual si no se quiere entender bastante más de lo debido es preferible ojearlo luego. De cualquier manera, yo sólo fui con la capacidad de leer un paz de páginas, en relación empieza a referirse a los individuos como actantes y a usar expresiones complicadas lo dejé por agotamiento.
“Tristana” se llevó al cine en 1970, apuntada por Luis Buñuel y interpretada por Catherine Deneuve, Fernando Rey y Franco Nero.