Edipo Rey de Sófocles se encuentra dentro de las proyectos tradicionales del teatro griego, cuya consideración es capital para la cultura occidental. Además de constituir una parte maestra desde el criterio teatral, Edipo Rey representa una secuencia de conflictos humanos y valores sociales que se consideran arquetípicos desde el criterio psicológico y sociológico. Observemos de qué se habla.
Resumen de Edipo Rey
La peste se ha desatado sobre Tebas y el pueblo está muriendo. En su desesperación, todos acuden al ágora para solicitar la participación de Edipo Rey. A fin de abarcar la causa y remedio de tan terrible flagelo, Edipo solicita la asistencia de Creonte, hermano de su mujer Yocasta.
Tras averiguar el oráculo de Delfos, Creonte le comunica que la peste es el castigo de los dioses por el asesinato de Layo, el obsoleto rey de Tebas a quien Edipo no llegó a comprender. Entonces, hasta que el responsable no expíe sus culpas, la peste va a seguir azotando a la localidad.
Edipo ordena una exploración y exhorta al pueblo a dar al culpable. Entre tanto, el rey consulta al ciego Tiresias por consejo de Creonte. Tiresias le hace entender que él es el asesino de Layo, y que también vive en incesto con su madre, Yocasta. Edipo, que se tiene por hijo de Pólibo, rey de Corinto, y Mériba de Doria, concluye que Creonte se ha confabulado con Tiresias para destronarlo.
Creonte y Edipo discuten acaloradamente, hasta que se hace presente Yocasta. Con el objetivo de disipar las intranquilidades de Edipo, Yocasta le hace entender que Layo murió en manos de unos bandidos en el cruce de tres caminos. De igual modo, le anima a no tener miedo de las profecías del oráculo, debido a que en tiempos pasados el oráculo predijo que Layo y ella podrían tener un hijo que mataría a su padre y se desposaría con su madre. Para evitarlo, se deshicieron de la criatura.
Una profecía similar había recibido Edipo en su juventud, razón por la cual se exilió de Corinto para evadir su suerte. Edipo ten en cuenta que en su exilio le quitó la vida a alguien en el cruce de tres caminos, pero lo logró por su cuenta y no en grupo. Todavía, empieza a tener miedo que él sea el asesino de Layo.
Un mensajero hace aparición para comunicar que Pólibo ha muerto y que este debe proceder a tomar su cargo como sustituto. En la conversación, Edipo revela que no es descendiente de sangre de Pólibo, debido a que el mismo mensajero le enseña que lo recibió de un pastor cuando era pequeño y lo entregó al rey de Corinto.
Instantáneamente, hacen comparecer al pastor quien, por último, confiesa que ese pequeño se trataba del hijo de Layo, y que este se lo había confiado para que lo matara. No obstante, tuvo piedad de la criatura y lo entregó al mensajero confiado de que se lo llevaría lejos de ahí.
Frente la terrible verdad, Yocasta se suicida. Edipo, consternado, escoge romper sus ojos con los broches del vestido de Yocasta, tal es así que cuando muera no logre ver a sus padres a los ojos en el Hades. Ciego, le pide a Creonte que lo exilie, tal es así que Edipo se condena a vivir para toda la vida como un extranjero, desprovisto de todo poder, aprecio y consideración.
Personajes
- Edipo, rey de Tebas
- Un sacerdote de Zeus
- Creonte, cuñado de Edipo
- Coro de ancianos tebanos
- Corifeo
- Tiresias, adivino
- Yocasta, reina de Tebas
- Un mensajero
- Un pastor, criado de Layo
- Otro mensajero
Análisis
Como género dramático Edipo rey es, frente todo, una catástrofe. Por inicio, la trama da un giro alrededor de un elemento fundamental: el hombre no puede huír de su destino. Sea del tipo que sea, el destino se representa en la civilización griega como un sino ineludible, ineludible. Conozcamos en este momento cómo Sófocles edifica esta iniciativa para haberse convertido en una obra de referencia no solo de la Vieja Grecia, sino de la cultura.
Estructura
La obra de Edipo Rey se composición en un solo acto, acatando el inicio de unidad de tiempo y unidad de acción, del cual Aristóteles hablara en su poética. Aunque la obra tiene dentro ocho episodios, todos estos se suceden y concatenan uno con el otro en solo una línea temporal.
Para conseguirlo, Sófocles aplica un recurso usado ya por otros autores: lo que Sófocles representa no es una secuencia de acciones o hechos propiamente estos, sino la exposición verbal de una secuencia de novedades, oséa, hechos ya sucedidos, frente los cuales solo queda develar y conocer sus implicaciones y, por último, aguardar el desenlace que resulta de la revelación. Esto nos hace entender el investigador Javier de la Hoz en un ensayo que se titula “La estructura de Edipo Rey y sus puntos habituales”.
De hecho, el relato empieza con la aglomeración del pueblo de Tebas que pide una satisfacción al inconveniente de la peste. Tras averiguar al oráculo, se comprende que el padecimiento del pueblo es consecuencia de algo que sucedió en el pasado y que todos ignoran, unos deliberadamente, otros por desconocimiento absoluto.
Retóricamente, es lo que se conoce como una elipse o elipsis: la información fué elidida deliberadamente para crear un efecto dramático en el espectador. Este no ve tales acciones representadas en la escena en ningún instante. La información develada es siempre parcial, lo cual va creando expectativa durante la obra. De esta forma, entre la exposición del argumento en la primera secuencia y el desenlace, el espectador solo tiene frente sí un relato de expresiones desde el cual va creando el hilo de la trama.
Cada personaje que se tiene dentro a la escena va revelando más información acerca de el curso de los hechos. De esta forma, en esta obra se ve que Sófocles ya recurre a tres actores en la escena, entre los cuales la información se triangula y crea más grande tensión y conflicto.
Destino y conocimiento
Hemos dicho que la catástrofe griega se fundamenta en la representación del destino como un sino ineludible. Es eso lo que experimentan tanto Edipo como Layo y Yocasta. Todos ellos, al comprender el oráculo, ponen todo su esfuerzo en torcer su fortuna y evadir el desenlace terrible. Al llevarlo a cabo, solamente se afirman que todo ocurra de la misma forma que fué profetizado. Va a existir quienes, en el planeta de la psicología, llamen a esto “profecía autocumplida”.
De la Hoz dice lo siguiente en su ensayo:
Sófocles (…) transformó la historia de un mensajero omnisciente, épico, en una exploración de la realidad en que se combaten la intención de comprender, la ignorancia que impide abarcar el sentido real de las novedades, la interesada ocultación de datos, y donde se progresa en parte por inesperadas iluminaciones que emergen al ingresar en contacto dos verdades a medias que mutuamente se completan, en parte por la mera intención y también crueldad ejercidas por Edipo sobre los probables informantes.
En todo caso, se muestra además una paradoja: en la medida en que estos individuos tienen información acerca de su futuro, más se afirman el cumplimiento de la profecía. No eso los puede eximir. Poder ingresar a los videntes y oráculos no les proporciona ningún margen de salvación. De la misma forma que se puede ver, para el pensamiento de la antigüedad tradicional no era viable al ser humano sustraerse a la intención de los dioses o al destino, por más esfuerzos que hiciera. De esta forma, entender sobre el futuro no sería una virtud en ningún caso.
Mito, sociedad, justicia y castigo
En el sentido originario del término, en su sentido antropológico, el mito es un relato fundacional que enseña, por medio de símbolos y alegorías, el orden de todo el mundo y el sentido de la presencia. En cada mito, hay una aclaración para justificar por qué el planeta trabaja como trabaja.
Esto significa que los mitos son un reservorio de un sistema de valores y, a la vez, cada expresión artística es un reservorio de los mitos de cada cultura, por lo cual son causantes de mantenerlos actualizados y vigentes. Sófocles recrea por medio del teatro el mito de Edipo, que encarna los valores sociales de su cultura, y muestra un sentido de justicia, castigo y orden para que el grupo popular logre tomar buen rumbo.
El inicio primordial es la creencia en el destino humano, de la misma forma que ya hemos dicho. Nadie puede evadir su destino, por más que crea que tiene el “poder” de llevarlo a cabo. De él no escapan no los poderosos. Ahí, en el texto dramático y en la virtual representación, la obra representa la verdad de la misma forma que ella es: nadie controla su destino y el poder es únicamente una ilusión. La condición humana es esta y todos están de todas formas sometidos a su ley. Pero no solo eso.
El oráculo se pronuncia frente una oportunidad completamente abominable desde el criterio cultural y moral para Grecia: el incesto y sus secuelas que pesan no solo sobre los que han caído en él, sino sobre la sociedad entera. Con esto, el peso del orgullo, la seguridad desmesurada en el poder temporal y los apegos además hacen su parte. El peso moral de las acciones de los individuos recae sobre la sociedad en su grupo. No hay, por consiguiente, una prefiguración del individualismo, pero sí una meditación sobre la condición humana.
El sentido mítico de Edipo Rey llega a trascender de tal forma que hasta edifica la imagen de un arquetipo: la relación de Yocasta-Layo-Edipo pone en prueba un arquetipo de personalidad y de las relaciones humanas que se prefigura universal. Esto fue recogido y sistematizado en el psicoanálisis por Sigmund Freud, que vio precisamente cómo esta obra simboliza, de todos modos, el modo de desempeño de la psique, por lo menos hasta cierto punto.
De esta forma, Edipo Rey revela a los detractores del mito, es decir, a quienes ven los mitos como “mentiras”, que los mitos encarnan verdades universales, lo que enseña que esta obra se haya vuelto una referencia primordial para la civilización occidental.
Sófocles
Sófocles es un dramaturgo griego que surgió en Colono en 496 y murió en Atenas en 406 antes de Cristo Resaltó en la escritura del género teatral popular como “tragedia”, por medio de lo que ganó bastante más de una docena de competencias dramatúrgicas celebradas a lo largo de las fiestas dionisíacas.
Sus proyectos estuvieron fundamentadas en los mitos de la antigüedad griega, lo cual es propio de su tiempo histórico, toda vez que el teatro nace en la Vieja Grecia enlazado a los cuentos fantásticos fundacionales.
En sus 90 años de vida, Sófocles escribió bastante más de una centena de tragedias, de las que sólo han perdurado siete hasta esta época. Estas son:
- Edipo rey
- Edipo en Colono
- Antígona
- Electra
- Áyax
- Las traquinias
- Filoctetes
Además de haber tenido una obra prolífica, a este dramaturgo se le recuerda por haber impulsado indispensables transformaciones en el teatro. Entre sus varios aportes, se cuenta la incorporación de escenografía, de esta forma como el incremento en el número de actores en escena de 2 a 3, lo que supuso la estructura de proyectos más complicadas y tramas más enervadas. Además aumentó el número de coristas por obra. De igual modo, rompió con la tradición de escribir trilogías. Esto dio entrada a la valoración individual de cada parte de teatro.