Este relato sincero revela las diferentes facetas de Torito, mostrando cómo la verdad y la autenticidad se entrelazan en la vida de este personaje televisivo.
Enrique Jiménez ha decidido revelar su homosexualidad y su próxima paternidad en una amena y honesta autobiografía “Ácido” que abarca su vida desde la infancia hasta el presente, este libro es una representación auténtica de la vida del personaje más mordaz de la televisión.
En sus propias palabras, Torito se compara con un payaso, haciendo referencia al término italiano “pagliaccio”, cuyo papel es entretener a la gente con vestimentas extravagantes, maquillaje llamativo y cabello exuberante.
Su función es hacer reír a través de la sátira y la burla de la cotidianidad, una faceta que él mismo lleva adornando su cuerpo. Sin importar los aspectos superficiales, lo que realmente importa es la autenticidad en su profesión y él asegura que la tiene, aunque en ocasiones coexisten la risa y la nostalgia en su interior.
Cuando las luces del escenario brillan sobre él, Torito debe ser más grande que la vida misma, pero luego necesita volver a la normalidad para encontrar la felicidad. A veces, el personaje de Torito es tan poderoso que cuando se desprende de él, siente una pérdida de energía y necesita recuperarse en la soledad de su espacio más preciado: su intimidad.
Una Reveladora Autobiografía
En mayo de 2017 se publicó la obra “Ácido” por la Editorial Ediciones B, con los siguientes códigos ISBN-10 9788466660723 y el ISBN-13 978-8466660723. Cuenta con unas dimensiones de 16.08 x 1.73 x 24.1 cm y está disponible en versión de idioma español.
La encarga del prólogo es la conocida María Teresa Campos, por su experiencia en programas de entrevistas y divulgación, es periodista, locutora de radio y presentadora de televisión española.
De Bellas Artes a Torito Un Camino hacia la Televisión
Desde su infancia, el protagonista siempre fue un niño con una combinación de timidez y creatividad. Su amor por la estética lo llevó a matricularse en la carrera de Bellas Artes en la Universidad de Barcelona. A lo largo de su trayectoria profesional, trabajó como artista en un taller dedicado a la creación de decorados para publicidad y cine.
Un punto de inflexión en su vida ocurrió mientras se encontraba preparando el atrezzo para el programa de televisión “Vitamina N” en City TV. En ese momento, Quique decidió derribar sus propios muros y probar suerte frente a las cámaras. En la temporada 2002-2003, Quique experimentó un importante cambio al pasar de la televisión autonómica a la nacional, asumiendo su nueva identidad como Torito.
Su distintivo aspecto, con llamativas rastas de colores y gafas de pasta, junto con sus incisivas preguntas a los famosos le otorgaron un papel fundamental en la cadena de Fuencarral, donde ha permanecido desde entonces, aunque con un breve período de pausa que pocos recuerdan.
La Polémica, el Regreso y la Decepción
En el año 2006, el portal Vertele informó sobre el despido abrupto de Torito del programa TNT debido a su controvertida participación en un reportaje. En dicho reportaje, el colaborador se sometió a una polémica actuación al permitir que le rociaran el rostro con agua proveniente de la vagina de una actriz porno, simulando una práctica conocida como “lluvia dorada”, lo que fue considerado inapropiado por la cadena y llevó a su desvinculación del programa.
Poco tiempo después de aquel polémico incidente, el individuo originario de Menorca regresaría y esa controversia quedaría en el olvido de manera permanente. Torito ha trabajado en la cadena líder de Mediaset durante casi 18 años, pero se siente “decepcionado” con el grupo audiovisual.
Según sus propias declaraciones, a lo largo de estas casi dos décadas, ha sido él quien ha tenido que tomar la iniciativa y llamar siempre para conseguir trabajo en diferentes formatos. Jamás ha recibido una oferta de casting. Solamente en tres ocasiones fue contactado para trabajar, en programas como “Viva la vida” y “Qué tiempo tan feliz”.
Una Vida Íntima y la Liberación de un Secreto
Torito decide publicar su primera y única obra literaria, titulada “Ácido”, en el cual reveló por primera vez los detalles más íntimos de su vida privada, desde cómo confesó su homosexualidad a sus padres hasta la peculiar manera en la que conoció a su esposo, Raúl Jiménez.
Siempre se preguntó porque espero tanto tiempo antes de revelarles a sus padres sobre su preferencia sexual. Esta revelación ocurrió hace aproximadamente 17 años, después de evadir intencionadamente encontrarse con sus progenitores y finalmente comprender que era el momento adecuado para compartir su secreto más íntimo.
Este recuerdo sigue siendo un evento traumático para el individuo originario de Menorca. En su libro “Ácido”, destaca este momento de la siguiente manera:
“Había estado postergando demasiado el momento de hablar con mis padres. Después de todo lo que había luchado para aceptarme a mí mismo, sentía que no era justo seguir ocultándoles algo tan importante en mi vida. Me sentía como si les estuviera defraudando… Ya no respondía a sus llamadas… Quizás por la vergüenza de no tener la valentía y fuerza necesaria para darles una explicación que se merecían”.
La Singularidad Tras el Zapateado en Escena
El texto es un elogio o retrato admirativo de una figura llamada “Torito” o Quique Jiménez, reconocido reportero y querido personaje televisivo, conocido por el público gracias a su participación en el programa “¡Qué tiempo tan feliz!”.
El autor destaca la singularidad de Torito, describiéndolo como el reportero y personaje televisivo más único con el que ha colaborado a lo largo de su carrera. Asegura que es imposible aburrirse con él y que su característico zapateado al entrar en escena levanta el ánimo del público.
A pesar de la impresión frívola que pueda dar en un primer vistazo en “Ácido”, el autor resalta la profesionalidad y dedicación de Torito en su trabajo. Destaca su habilidad persuasiva para lograr que el público participe cantando, bailando o divirtiéndose a su petición. Sus reportajes y su estilo para presentarse en diferentes lugares de España han representado una verdadera revolución en el medio televisivo.
Además de su apariencia colorida y personal, como sus chaquetas, el autor menciona que detrás de este personaje hay un hombre tímido que busca mantenerse en el anonimato. Sin embargo, reconoce que la verdadera esencia de Quique Jiménez solo puede descubrirse cuando se le mira a los ojos.
En “Ácido”, el autor expresa que ha trabajado con muchos profesionales a lo largo de su carrera, pero que con Torito la experiencia es completamente diferente y que nunca olvidará los momentos compartidos.